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La indumentaria masculina de época modernista sigue las directrices de elegancia y sobriedad que caracterizó la forma de vestir de la burguesía a lo largo del siglo XIX. La calidad y riqueza de los vestidos se reflejaba en un corte perfecto, sin ninguna arruga, pero no en la vistosidad de los tejidos que a menudo eran telas de paño u otros tejidos de lana como tweed o cuadro Harris.
Terrassa, junto con Sabadell, se desarrolló como núcleo de fábricas textiles gracias a la máquina de vapor y se convirtió en uno de los principales centros de producción de tejidos de lana de calidad de toda España. En verano también se confeccionaban trajes de lino o de algodón, en colores más claros, pero las únicas piezas en las que se permitía más variedad de tonalidades eran el chaleco, las corbatas o las pajaritas.
El terno era el traje más utilizado por las clases acomodadas y a menudo estaba formado por chaqueta (que podía ser de tipo americana o levita), chaleco y pantalones a juego. Debajo se llevaba la camisa, blanca, con cuello y puños almidonados. Los pantalones se sujetaban con tirantes y generalmente el conjunto se completaba con corbata o pajarita, sombrero y bastón.
Estos trajes no variaron mucho a lo largo de toda la época modernista. El hecho de que no fueran tan vistosos o de que se hubieran utilizado mucho también hizo que llegaran pocos ejemplos a los museos. A pesar de ello, podéis ver algunos conjuntos, chalecos y accesorios masculinos del fondo modernista del Museu Tèxtil en este enlace, donde encontraréis fichas de la base de datos IMATEX con toda la información de cada pieza y fotografías de detalle.
Mercè López Garcia - Conservadora