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El concepto “ropa interior” es relativamente reciente ya que a lo largo de la historia generalmente se hablaba de ROPA BLANCA debido al color con el que estaban confeccionadas las prendas íntimas. Aunque la tipología de prendas era diferente para hombres y para mujeres, los tejidos con los que estaban realizadas habitualmente eran los siguientes:
Lienzo: tejido de tafetán de lino, algodón o cáñamo.
Batista: tejido de tafetán, más fino que el anterior, generalmente de algodón pero también se podía tejer en lino.
Muselina: tejido de tafetán, el más fino de todos. En ropa blanca se utilizaba de algodón, pero también se podía tejer en seda.
La razón para utilizar estos tejidos era principalmente higiénica ya que absorbían mejor el sudor y los fluidos del cuerpo y también permitía una mejor limpieza porque a menudo eran ropas que se lavaban en agua hirviendo para desinfectarlas bien. En algunos casos también se confeccionaban prendas en tejido de punto, como los calzoncillos.
Los hombres generalmente llevaban calzoncillos que podían ser largos o cortos, pero las mujeres acomodadas disponían de un amplio ajuar formado por camisa interior, enaguas, pantalones femeninos y el cubrecorsé. Todas ellas estaban bordadas a mano y adornadas con encajes y lazos. Eran piezas fundamentales ya que, junto con el corsé definían la silueta de moda en cada momento.
Precisamente el corsé era una pieza que tenía la función de modelar el cuerpo. No era visible y se puede considerar ropa interior, pero se confeccionaba en tejidos más fuertes y resistentes, como satén, espiga, cutí o telas labradas.
A continuación, añadimos un enlace a la base de datos IMATEX con una selección de piezas interiores de fondo del Museu Tèxtil. Pueden entrar en cada una de las fichas y conocer las características de cada pieza y ver fotografías de detalle.
Mercè López Garcia - Conservadora