El chaleco ha sido una pieza imprescindible dentro del guardarropa masculino durante muchas épocas. Aunque actualmente no tiene un uso generalizado, lo que no ha variado nunca ha sido su tipología: con forma ajustada que cubre el tronco, sin mangas y con la espalda de tejido más sencillo que los delanteros, ya que no es una parte visible.

En la muestra de piezas del fondo del CDMT hemos podido ver un par de ejemplos de chupas del siglo XVIII, que era la manera de llamar a esta pieza durante este periodo. Durante la primera mitad del siglo los tejidos de seda eran muy trabajados, como la realizada en terciopelo brocado (N.Reg. 11685). Los niños vestían como los adultos y también hemos visto un ejemplo de chupa infantil (N.Reg. 11903), en satén bordado de seda, de la segunda mitad del XVIII.

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La Revolución Francesa pone fin al lujo de la corte de Versalles y la moda masculina comienza a inspirarse en la manera de vestir de la burguesía inglesa, más austera y que utiliza el paño de colores oscuros para la confección de las chaquetas. Surgen los pantalones, que también se confeccionan en varios tejidos de lana y ésto hace que el chaleco tome protagonismo como pieza decorada. En la muestra hemos visto varios ejemplos, un chaleco de terciopelo labrado con pequeñas escenas de baile (N.Reg. 11866), otro de seda labrada que combina motivos florales y geométricos sobre fondo de líneas sinuosas (N.Reg. 11662), un chaleco bordado con sedas de colores vivos (N.Reg. 11843) y otro estampado con grandes flores sobre tafetán de algodón (N.Reg. 11850). A lo largo de este siglo su forma varía ligeramente, aparece el cuello solapa, hacia mitad de siglo son muy ajustados a la cintura y hacia finales comienzan a aparecer piezas más ligeras, propias de la diferencia entre indumentaria de verano y de invierno, que antes no existía.

El siglo XX ha traído pocas variaciones. Durante la segunda mitad del siglo, la relajación de las normas de vestuario y cambios en el consumo de moda han hecho que el chaleco pierda su función práctica e incluso estética. Actualmente forma parte de algunos vestidos, confeccionado generalmente con el mismo tejido (N.Reg. 14262), pero es un elemento imprescindible de los trajes de etiqueta donde sigue unas reglas de protocolo estrictas en cuanto a la forma, tejido y color (N.Reg. 19963).